‘Más Personal’ con Mónica Martín

monica-martin-mas-personalLlega al blog del bufete una nueva entrega de la sección ‘Más Personal‘. En esta oportunidad es Mónica Martín quien se sincera ante la audiencia, hablándonos de su otro yo más íntimo, lejos de la intensa actividad del despacho:

Un color

El rojo. Creo que es un color que transmite fuerza.

El desayuno ideal es…

Siempre que haya un café de por medio, ese es el mejor desayuno para mí.

El mejor momento del día

Supongo que en cada día hay un momento diferente en el que dices “este es el mejor momento de hoy”, pero si me tengo que quedar con alguno sería cuando salimos del trabajo y nos juntamos las amigas a hablar de nuestras tonterías y filosofar sobre la vida.

Un lugar en el que perderse

Salobreña. Un pueblecito de Granada en el que me pierdo cada verano y disfruto de la compañía de mi familia.

El mejor consejo que te han dado jamás

“Tiempo al tiempo”, porque cuando te pasa algo siempre te pones en lo peor, en el lado negativo y con el paso del tiempo te das cuenta de que todo se calma, que todo pasa.

Un libro, una película y una canción

Lo último que he leído que más me ha gustado ha sido ‘Rayuela’ de Cortázar. Noches en la intimidad de París, protagonizadas por argentinos que se cuestionan todo lo que les rodea, así como la vida, el amor, la literatura y el aire que respiran. A parte de eso está la Maga, que es preciosa y que no se entera de nada.

‘El club de los poetas muertos’, es una película con una amplia visión de la vida.

Es difícil elegir una sola canción, creo que cada etapa que vivimos está marcada por una. Actualmente, una canción que no puede faltar en mi móvil y me gusta escucharla de camino al trabajo o en el coche es, “Viva la libertad” de Pedro Pastor o “Siempre esperándote” de Carlos Sadness e Iván Ferreiro.

Cuando piensas en la felicidad, ¿qué imagen se pasea por tu mente?

En la pizza, la tortilla española de mamá, los postres de mi abuela, los ratitos con mi padre. Mis amigas, mi familia. Escribir. Canturrear, escuchar música, ver películas. El verano, el invierno. En veintitantos años he aprendido a quedarme con eso, esas pocas cosas me hacen feliz. Creo que se puede ser feliz queriendo serlo.

La anécdota más divertida del despacho

A la semana de entrar en el despacho vino el mensajero de la empresa que trabaja para nosotros a dejar un sobre. Yo, con toda mi buena intención fui al despacho de unas compañeras y dije “está aquí MRW» (así, tal cual) y se empezaron a reír, no sabía por qué, después entendí que se pronunciaba MRV.

Un sueño por cumplir

Muchos. Siempre hay algo por lo que soñar.