Xisco Jiménez: “El descubrimiento fue impactante y muy emocionante porque tuvimos la suerte de experimentarlo directamente”

Entrevista a Xisco Jiménez, astrofísico mallorquín que ha participado en la detección de las ondas gravitacionales

Xisco Jiménez es físico y miembro del Grupo de Relatividad y Gravitación de la Universidad de las Islas Baleares, el único de España que forma parte de la Colaboración Científica LIGO y GEO en la que participan más de 1.000 científicos de 15 países. La misión de este observatorio es detectar un fenómeno sugerido por Albert Einstein: las ondas gravitacionales.

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– ¿Qué se siente al haber contribuido a revelar uno de los principales descubrimientos científicos del año: la detección de las ondas gravitacionales que teorizó Albert Einstein hace exactamente un siglo?

– Fue impactante y muy emocionante, especialmente porque nosotros, sobre todo los investigadores más jóvenes que somos unos recién llegados al campo de la ciencia, tuvimos la suerte de experimentarlo directamente. Digo esto porque ha habido mucha gente trabajando en este proyecto y nosotros, que prácticamente pasábamos por ahí, nos encontramos con que nos había tocado la lotería a los pocos años de empezar. Disponíamos de información directa porque mi compañero de tesis estaba justamente donde se localizan los detectores y pudo observar en las grandes pantallas lo que estaba ocurriendo en tiempo real. Imagínate, vivir todo aquel éxtasis y que, por diferentes motivos -trámites burocráticos, compromisos de confidencialidad…- no podía hacer público fuera del equipo. Afortunadamente nosotros estábamos en contacto y fuimos descubriéndolo casi al momento, en primera persona.

– Imagínese que está ante una clase formada por alumnos de 10 o 12 años de edad, ¿cómo podría explicarles este fenómeno para que lo entendieran?

– Como vosotros sabréis el artículo científico habla de dos agujeros negros colisionando y que perturban algo extraño que es el espacio-tiempo, y éste empieza a vibrar y es entonces cuando nos llegan esas vibraciones a nosotros, pero eso es demasiado complejo y técnico. Entonces para llevarlo a un mundo actual, al cotidiano, nos podemos imaginar como si estuvieras frente a un lago absolutamente plano, inmóvil y estable al que tirarías una piedra. Imagínate también que eres ciego y que tienes los pies en la orilla, entonces detectarías que algo ocurre en ese lago plano porque empezarías a recibir oscilaciones del agua causadas por el impacto de la piedra. Entonces, si en lugar de una piedra pequeña, vas aumentando su tamaño, cada vez más grande, esas olas o perturbaciones serían cada vez mayores y por tanto el impacto que recibirías sería mucho más grande.

"Necesitamos objetos muy masivos, muy compactos como agujeros negros (las piedras) que harían vibrar el espacio (el lago)"

Pues la analogía sería la siguiente: necesitamos objetos muy masivos, muy compactos como agujeros negros (las piedras) que harían vibrar el espacio (el lago). Lo que hacen esos agujeros es mover los puntos del espacio haciéndolos vibrar, consiguiendo que nosotros y todo lo que contiene el espacio vibre con ello.

– Su tesis doctoral, en la que está sumergido en estos momentos, está contenida en el campo de estudio de las ondas gravitacionales. Cuéntenos un poco sobre en qué punto se encuentra ahora mismo y lo que le queda por delante por hacer

– La tesis ya está finalizando. Me encuentro en periodo de escritura y espero defenderla para finales de diciembre. Evidentemente todo este material nuevo que surge desde el pasado septiembre, es decir, este descubrimiento, va a ser un material muy útil, por lo menos para hacerla más bonita. ¿Proyectos de futuro? Intentaremos seguir investigando. Por higiene científica probablemente lo haga fuera de España, y también por posibilidades porque aquí son limitadas. Para los jóvenes investigadores no es fácil trabajar en este país.

¿Cómo se coordina un proyecto tan grande como éste en el que está inmersa la UIB a través de su equipo de investigación?

– ¿Cómo coordinar una programación tan grande? Pues imagínese si en una familia de cuatro, cinco o seis personas surgen las discusiones, en una comunidad de investigadores tan grande, también. Pero el hecho de tener esas diferentes visiones de tan distintos países y de tanta gente aportando ideas diferentes sobre el tema, es lo que propicia que este tipo de proyectos tengan éxito. De hecho esta colaboración nació en su día como un proyecto únicamente americano entre el Massachusetts Institute of Technology y el Instituto de Tecnología de California, el «Caltech«. Pero al poco tiempo se dieron cuenta de que necesitaban aportaciones de las mentes de otros continentes e ir más allá del continente americano. Para que la ciencia pura y la teoría pudieran desarrollarse muchísimo más.

– La UIB cuenta con muy buena reputación internacional en algunos campos de investigación científica. ¿Qué opina del trabajo que se está haciendo en las diferentes materias, y en especial en el ámbito de la física?

– Yo creo que es una universidad que está catalogada con el sello de excelencia, eso es a nivel oficial. A nivel extraoficial, evidentemente siempre se pueden hacer las cosas mejor, es decir, es cierto que somos una facultad pequeña, no tenemos muchos estudiantes pero de lo que más me podría quejar es de la poca interdisciplinariedad que existe entre nosotros mismos, entre nosotros los físicos. El poco contacto que hay entre los despachos que viven uno al lado del otro. Y como a esta realidad también se proyecta a lo mejor en exposiciones del trabajo al gran público, algo tan beneficioso para unos como para otros. El ejemplo más claro está, por ejemplo, en la poca interconexión que yo como astrofísico y físico y el departamento de física tiene por ejemplo con el observatorio de Costitx, es decir, no hay prácticamente contacto. Ahora parece que se están generando ideas nuevas pero hasta ahora no ha habido ninguna colaboración firme y continuada con este observatorio que tenemos aquí, algo de lo que los estudiantes podrían beneficiarse mucho.

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– ¿Cuándo supo que quería dedicarse a la investigación física?

"Esta carrera sí que me ha permitido conocer a científicos francamente buenos, a personalidades impactantes"

– Pues lo fui sabiendo desde pequeño. Entonces ya me gustaba mucho observar el cielo, las estrellas, pero me gustaban como casi a cualquier niño al que le gusta jugar a ser científico mientras te va entrando muchísima curiosidad por el cielo nocturno. Después con el paso de los años me fueron entrando otras ideas en la cabeza, hasta que al final acabé estudiando física por aquella vieja idea, un poco bucólica, del chaval que quería ser astronauta o astrofísico. Entonces me dije: ¿por qué no? Cuando entré en el primer año de la carrera me encontré profesores realmente preparados y muy atractivos desde el punto de vista científico, y eso confirmó mis expectativas.

¿Cómo cree que ha influido su pasión por la ciencia en su vida? ¿Cree que ha tenido que sacrificar parte de sus relaciones sociales por su dedicación a ella o, por el contrario, le ha propiciado la oportunidad de conocer a personas fascinantes y estrechar lazos de amistad?

– En mi caso, siempre me ha llevado a diatribas casi constantemente porque observaba que a lo mejor en otras carreras el programa de trabajo era absolutamente diferente al mío. Ciertamente no me he perdido ninguna juerga, podemos expresarlo así, por lo que socialmente no he tenido limitación alguna. Sí es cierto que la mecánica de trabajo era realmente diferente a la de otros estudios donde la gente solía preparar las cosas casi en el último momento, mientras que en mi caso sí que necesitaba un seguimiento más continuado a lo largo del curso. También es verdad que esta carrera sí que me ha permitido conocer a científicos francamente buenos, a personalidades impactantes y sobretodo me ha ofrecido la posibilidad de viajar a congresos y conocer a muchos de esos científicos que cuentan con páginas repletas de información en la Wikipedia. Tener la oportunidad de preguntarles directamente, como podría ser Roger Penrose o de Stephen Hawking, no tiene precio. Tienes la foto, por lo menos.

– ¿Cuál es su relación con Bufete Buades?

– Mi relación con Bufete Buades es de amistad, casi familiar a raíz de la vinculación directa que mantienen mis tíos como amigos personales de Joan y Teresa desde hace mucho tiempo. Esto ha propiciado que haya coincidido en muchas ocasiones con su hijo, Biel, con el que he jugado desde pequeño. Es una relación de amistad.

– Cuando se aleja de las ‘ondas’, ¿en qué ocupa su tiempo de ocio Xisco Jiménez?

– Me gusta mucho el fútbol y he jugado prácticamente toda mi vida. Cuando lo he querido dejar, el fútbol no ha querido dejarme a mí. Es una relación de amor y odio, y sigo en ello. El deporte es mi segunda pasión, como aficionado está claro. Ahora juego en Tercera División con el equipo Playas de Calvià. El deporte es necesario, te aporta muchísimo experimentar esa otra parte de competitividad que te viene de tu otra vertiente profesional, porque la suma de las dos siempre suma.

 ¿Por dónde imagina que seguirán sus pasos profesionales una vez concluya su tesis doctoral vinculada a las ondas gravitacionales?

– En una respuesta rápida diría que haciendo una estancia posdoctoral, que suelen ser uno, dos o tres años, y si hay suerte en el extranjero. Parece que siendo difíciles aquí, fuera no lo son tanto. Después, pues no lo sé pero no descarto nada, incluso me parece atractivo un cambio de campo, es decir, no dedicarme a la ciencia básica, sino tratar de ir a ramas con una mayor aplicación como podrían ser muchas dentro de la empresa privada… Tengo amigos trabajando en entidades financieras, consultorías… Por supuesto, me gustaría poder desarrollar mi actividad profesional también en la docencia, pero más allá de tres años vista, incluso de un año, no soy capaz de prever mucho más allá.

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En la nevera de su casa jamás falta…

Agua.

Para poder tener la máxima concentración siempre suele practicar…

Deporte.

Su plato predilecto de la cocina mallorquina y quién se lo ha preparado mejor

Arròs brut, sin lugar a dudas, y tengo que nombrar a dos cocineras: mi madrina Amelia y mi tía Mercedes.

La imagen que mejor escenifica la felicidad en su infancia

Probablemente estaría dentro de un campo de fútbol, celebrando alguna victoria.

Un personaje de talla histórica al que le hubiera gustado conocer y por qué

Me hubiese gustado conocer a Albert Einstein pero fuera de la ciencia, probablemente con una guitarra y tres cervezas de más, y manteniendo una conversación que no girara en torno a la ciencia, y sí sobre todos los demás aspectos de la vida.

La cualidad que más admira en una persona

El valor.

Xisco Jiménez no se separa jamás de…

Sus amigos.

Un lugar al que le gustaría escaparse por un tiempo

Si me tuviera que ir a otro sitio, siendo súper extremo, me iría a la India a trabajar durante un año, por ejemplo. Más cerca de aquí, quien sabe, me iría a cualquier país…

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